Pame y Tir Mc Dohl
Elentari y yo salimos y fuimos de nuevo a su cabaña. Aún no anochecía por lo que había una leve iluminación en la ciudad. En el camino, encontramos dos elfos, un hombre y una mujer, discutiendo en susurros.
-¿Qué vamos a hacer?- preguntó la mujer.
-Va a haber una guerra, lo siento.- dijo el hombre, sin saber que hacer.
No se que me llevó hasta su lugar, pero me aparté de Elentari y llegué con los desconocidos elfos.
-Disculpen, los escuché hablar de una guerra y… me preguntaba como es que lo supieron.- pregunté inmediatamente, de golpe, sin presentaciones ni nada. Si ellos descubrieron como llegar al mundo del los humanos, seguramente otros también saben.
La elfa me miraba fijo, asombrada y asustada.
-Tir… es igual a…- y luego unas pequeñas lagrimas recorrieron su cara.
-Sí, lo sé.- dijo el elfo.
-¿A quién?-pregunté confundido.
-A nuestro hijo.- contestó la mujer.- Murió de muy pequeño, tenía pocos años cuando hubo un duelo en el corazón de la ciudad, no sabíamos y en ese momento paseábamos. Éramos muy felices los tres, pero un hechizo desviado le dio a nuestro hijo e instantáneamente murió. No pudimos revivirlo.-
-¿Por qué?- dije mirando a Elentari, buscando una respuesta a la última frase.
-Un elfo puede ser revivido por grandes conjuradores nada mas, hay que tener un gran conocimiento en el arte de la conjuración.-
Luego miré a la pareja de elfos y noté que él vestía una túnica blanca, mientras que ella llevaba una túnica negra.
-Yo soy bruja y él es un conjurador.- aclaró la mujer.
-Eso explica las túnicas, ¿Por qué no reviviste a tu hijo entonces?- pregunté mirando al elfo.
-Lo intenté, pero aún no soy capaz de revivirlo.- dijo el elfo.- Por cierto, soy Tir Mc Dohl, ella es Pamela.- aclaró.
-Solo dime Pame.- dijo ella.
-¿Y por qué soy parecido a su hijo?-
-Tenes el mismo color de pelo, sus ojos…- dijo Pame y luego se quedó en silencio.
-Bueno, adóptenme.- dije, ni siquiera pensé eso. Simplemente las palabras brotaron de mí, no estaba arrepentido, solo asombrado de haber dicho algo que no había pensado.
Elentari me miró asombrada pero yo me sentía normal, como si hubiese dicho algo tan simple. Pame miró a Tir con una sonrisa en el rostro. Él dudaba, pero ver la así hizo que asintiese con la cabeza. Luego ella me abrazó con fuerza. Yo se lo devolví más despacio.
-Gracias.- dijo ella.
-De nada.- dije asombrado.
-¿De que guerra hablaban?- pregunté después de que Pame me soltase.
-Mira, hay un portal escondido que lleva al mundo de los humanos y nosotros solemos usarlo.- dijo Tir.- Nos enteramos que ellos ya descubrieron el portal y vienen a tomar los recursos de esta tierra.-
-Sí, nosotros también sabemos eso.- le interrumpí.- Así que ya esta confirmado.-
Pame asintió con la cabeza.
-Van a venir en cualquier momento, no falta mucho.- dijo ella.
Miré a Elentari y ella se encogió de hombros.
-Hay que buscar a Sinna y rápido.- dijo.- Lo sabíamos desde el principio.-
Le tomé la mano y empezamos a correr a su cabaña de nuevo. Me frené, me di la vuelta y le dije a Pame.
-Creo que van a tener que venir con nosotros.-
Ellos sin pensarlo comenzaron a seguirnos. Llegamos a la cabaña y al entrar Galathriel junto a Treeck nos esperaban nerviosos.
-¡Hija!- dijo Treeck.- Hoy es nuestra última noche juntos.-
Elentari se quedó helada en el lugar.
-¿A dónde vas?- preguntó shockeada.
-A Ignis, necesitamos mas soldados.- respondió.- Mañana temprano me voy y ustedes tienen que irse a buscar a Sinna, la guerra esta muy cerca.-
Elentari tan solo asintió y luego se hizo un silencio helado.
Continuara...